martes, 30 de junio de 2009

Es solo cuestion de descubrirse..

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones, y los entregó para que los entrenaran. Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía qué le sucedía pues no se había movido de la rama donde lo dejo desde el día que llegó.
Llamaron a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargaron entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar que el ave aún continuaba inmóvil.
Entonces decidió ofrecer una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines y pidió que le trajesen al autor de ese milagro.
El rey le preguntó:
-"¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres mago?"
Intimidado, el campesino dijo al rey:
- "Fue fácil mi rey, sólo corté la rama, y el halcón voló.
Se dió cuenta que tenía alas y se echó a volar."

lunes, 22 de junio de 2009

"Ejercicio Del Otro"

Un sujeto encuentra a un viejo amigo, que vive tratando de acertar en la vida, sin resultado. "Voy a tener que darle un poco de dinero", piensa. Sucede que, esa noche, descubre que su amigo es rico, y que ha venido a pagar todas las deudas que ha contraído en el correr de los años.
Van hasta un bar que solían frecuentar juntos, y él paga la bebida de todos. Cuando le preguntan la razón de tanto éxito, él responde que hasta unos días antes había estado viviendo el Otro.
- ¿Qué es el Otro? - preguntan.
- El Otro es aquel que me enseñaron a ser, pero que no soy yo. El Otro cree que la obligación del hombre es pasar la vida entera pensando en cómo reunir dinero para no morir de hambre al llegar a viejo. Tanto piensa, y tanto planifica, que sólo descubre que está vivo cuando sus días en la tierra están a punto de terminar. Pero entonces ya es demasiado tarde...
- Y tú, ¿Quién eres?
- Yo soy lo que es cualquiera de nosotros, si escucha su corazón. Una persona que se deslumbra ante el misterio de la vida, que está abierta a los milagros, que siente alegría y entusiasmo por lo que hace. Sólo que el Otro, temiendo desilucionarse, no me dejaba actuar.
- Pero existe el sufrimiento - dicen las personas en el bar.
- Existen derrotas. Pero nadie está a salvo de ellas. Por eso, es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotado sin siquiera saber por qué se está luchando.
- ¿Solo eso? - preguntan las personas del bar.
- Si. Cuando descubrí eso, decidí ser lo que realmente siempre deseé. El Otro se quedó allí, en mi habitación, mirándome, pero no lo dejé entrar nunca más, aunqe algunas veces intentó asustarme, alertándome de los riesgos de no pensar en el futuro.

[...]


En aquel momento, sentí que la Otra dejaba mi cuerpo, y se sentaba en un rincón de la pequeña habitación.
Yo miraba a la mujer que había sido hasta ese momento: débil, tratando de dar una impresión de fortaleza. Con miedo a todo, pero diciéndose a sí misma que no era miedo, sino la sabiduría de qien conoce la realidad. Levantando paredes en las ventanas por donde entraba la alegría del Sol, para que no dañase los muebles viejos.
Vi a la Otra sentada en el rincón del cuarto: frágil, cansada, desilucionada. Controlando y esclavizando aquello que debía estar siempre en libertad: los sentimientos. Tratando de juzgar el amor futuro por el sufrimiento pasado.
El amor es siempre nuevo, no importa que amemos una, dos , diez veces en la vida: siempre estamos ante una situación qe no conocemos. El amor puede llevarnos al infierno o al paraíso, pero siempre nos lleva a algún sitio.
Cuando la Otra se apartó de mí, mi corazón volvió a conversar conmigo. Me contó que la grieta en la pared del dique dejaba pasar un torrente, que los vientos soplaban en todas direcciones y que él se sentía feliz porque yo lo escuchaba de nuevo.


Paulo Coelho, "A orillas del Rio Piedra me senté y lloré".

miércoles, 17 de junio de 2009

Humilde homenaje a un grande...


Fernando Peña nació en Uruguay y de pequeño viajó a Argentina,donde se nacionalizó. Fue actor y trabajó en radio y teatro. Multi-sexual (así se auto-denominó en el programa de Andy: Argentinos por su nombre), aunque mas homo que hetero. Inteligente, zagas, introvertido, boca sucia, místico, laburador, luchador y puto (en todas sus interpretaciones).

Cuando se le daba la gana escribía. Cuando lo hacía, asombraba por su habilidad y sarcasmo. No tenía estereótipos. Fernando Peña fue un tipo único. Sin medias tintas. O blanco o negro. Sin hiporesias, esa que tanto abunda en este mundo de hoy.

Talentoso con todas las letras y provocador por elección propia partió de gira. Su show continuará en las tablas del cielo... o del infierno, donde sea que Fernando elija ir.


Desde este humilde homenaje a este grande de la televisión, la radio y el teatro, les dejo una nota publicada en una revista online.


"La sensación es espantosa, siento muy poco respeto por mi ser. Merezco morir como una rata rabiosa al salir del Instituto Alexander Fleming; me había prometido nunca más hacerme nada", escribió Fernando Peña en una de sus contratapas de Crítica de la Argentina. Fue el 6 de septiembre de 2008, cuando les anunció a sus lectores que padecía cáncer bajo un título explícito como Fernando Peña: "Otra vez me muero".

El cáncer lo mató este miércoles 17 de junio, cerca de las 16.40. "Tenía dos amantes, la vida y la muerte", dijo Moria Casán poco tiempo después de que Matías Martin diera la noticia en su programa de radio en Metro. Y esa fue, quizás, una de las frases más lúcidas de Casán en mucho tiempo. Peña lo decía, todo el tiempo, como en esa columna en la que anunciaba que otra vez iba a luchar por su vida: "...Otra vez me faltaré el respeto, otra vez lo haré, otra vez porque amo la vida, otra vez porque me encanta coquetear con la muerte...".

Peña falleció en el Fleming, del barrio de Belgrano, donde estaba internado desde "el jueves pasado", según confirmó a Criticadigital su amigo y compañero de radio Diego Scott.

Hace apenas unos días, vía mail, le había manifestado a su último productor teatral, Javier Faroni, que estaba mejor de salud y bien de ánimo, que quería volver al teatro lo antes posible. Pero desde hacía tres semanas no realizaba las funciones de Diálogo de una prostituta con su cliente.

Su productor contó, esta tarde, que debió impedirle subir al escenario, porque él quería hacer las funciones aunque le doliera todo el cuerpo. Peña era así: era puto, era irreverente, era actor y era conductor de radio; todo con la misma pasión y dedicación.

El 31 de enero de 1963, en Uruguay, nació Fernando Peña: "Esta marica patética, este monstruo impresentable o esta gran persona y este gran actor", según sus propias palabras en la columna que escribió para su último cumpleaños.

Llegó a la radio de la mano de Lalo Mir, quien lo descubrió cuando trabajaba en una aerolínea y hacía personajes por los altoparlantes. A partir de allí, también con la bendición de Elizabeth Vernaci, en los estudios de radio nació una bestia que impuso su propio estilo a través de personajes memorables como Cristina Patricia Megahertz, Martín Revoira Lynch, Milagros Dolores Guadalupe López López o Rubén Ramón Sixto Alegre (Palito).

Las mañanas, de 10 a 14, de El Parquímetro marcaron una generación -destronaron, incluso, al Cuál es?, de Mario Pergolini-. A partir de 2001 (mientras el Comfer prohibía su programa radial) llegaron las obras de teatro, donde llevó la provocación al extremo -una de sus obras "acababa" con él masturbándose- y tuvo reiterados escándalos con sus espectadores.

Polémica aparte, siempre generó éxitos: Ezquizopeña, Mugre, La burlona tragedia del corpiño y Ni la más puta, entre otros. Su paso por televisión, al contrario, no fue gran cosa. Después de un fugaz debut junto a Roberto Pettinato, puso a sus personajes en La Isla flotante, de Canal 7 en 2006, y tuvo participaciones secundarias en Sol Negro, Epitafios, La Isla Flotante y, más recientemente, Los exitosos Pells.

Además, hizo una aparición en la pantalla grande, en Pura Sangre, de Leo Ricciardi, y en 2007 publicó su primer y único libro: Gracias por volar conmigo.

Después de tanto coquetear, tanto provocar y de tanto luchar, a los 46 años, quien fuera verborrágico en vida, murió en silencio. Peña pasó sus últimos días con sus amigos más íntimos, quienes cuidaron que nadie supiera la gravedad de su estado de salud.

Aprendamos de las águilas...


EL ÁGUILA ES EL AVE DE MAYOR LONGEVIDAD.
LLEGA A VIVIR 70 AÑOS.
PERO PARA LLEGAR A ESA EDAD,
A LOS 40 AÑOS, DEBERÁ TOMAR UNA SERIA Y DIFÍCIL DECISIÓN.
A LOS 40 AÑOS SUS UÑAS SON MUY FLEXIBLES,
LO CUAL LE IMPIDE TOMAR SUS PRESAS Y ALIMENTARSE.
SU PICO, LARGO Y PUNTIAGUDO, SE CURVA APUNTANDO CONTRA SU PECHO.
SUS ALAS ESTÁN ENVEJECIDAS Y PESADAS,
Y SUS PLUMAS GRUESAS. VOLAR SE HACE YA MUY DIFÍCIL.
ENTONCES EL ÁGUILA TIENE SOLAMENTE DOS ALTERNATIVAS:
MORIR O ENFRENTAR UN DOLOROSO PROCESO DE RENOVACION,
QUE DURARA 150 DIAS.
ESTE PROCESO CONSISTE EN VOLAR HACIA LO ALTO DE UNA MONTAÑA
Y QUEDARSE AHÍ, EN UN NIDO CERCANO A UN PAREDÓN,
DONDE NO TENGA LA NECESIDAD DE VOLAR.
DESPUÉS AL ENCONTRARSE EN EL LUGAR,
EL ÁGUILA COMIENZA A GOLPEAR CON SU PICO EN LA PARED CON MUCHA FUERZA
HASTA CONSEGUIR ARRANCARSELO.
DESPUÉS ESPERARA EL CRECIMIENTO DE UN NUEVO PICO,
CON EL QUE SE DESPRENDERA UNA A UNA SUS VIEJAS UÑAS.
CUANDO LAS NUEVAS GARRAS COMIENZAN A NACER,
COMENZARÁ A DESGARRARSE SUS DESGASTADAS PLUMAS.
PERO DESPUÉS DE 5 MESES SALE TRIUNFANTE
PARA HACER SU FAMOSO VUELO DE RENOVACIÓN QUE LE DARA...
30 AÑOS MÁS DE VIDA.
EN NUESTRA VIDA PARA CONTINUAR UN VUELO DE VICTORIA
MUCHAS VECES TENEMOS QUE RESGUARDARNOS POR ALGUN TIEMPO
Y COMENZAR UN PROCESO DE RENOVACIÓN.
DEBEMOS DESPRENDERNOS DE COSTUMBRES,
TRADICIONES Y RECUERDOS CUYO PESO NOS IMPIDAN AVANZAR.
SOLAMENTE LIBRES DEL PASADO
PODREMOS APROVECHAR EL RESULTADO VALIOSO
QUE UNA RENOVACION SIEMPRE NOS TRAE.
RENOVARSE POR DENTRO IMPLICA
PONER ORDEN EN EL MUNDO MENTAL,
DESECHANDO LOS RECUERDOS DE ACONTECIMIENTOS FRUSTRANTES O DOLOROSOS
PARA QUEDARNOS SOLO CON LA EXPERIENCIA DE LO QUE APRENDIMOS.
PONER ORDEN EN EL MUNDO EMOCIONAL,
ES DESECHAR SENTIMIENTOS DE DESUNION,
RENCOR PARA COLOCAR EN SU LUGAR SENTIMIENTOS MAS GRANDES Y NOBLES,
ESOS QUE NOS DAN BRILLO A LOS OJOS Y NOS ENSANCHAN EL ALMA,
COMO LA FRATERNIDAD, LA ESPERANZA, LA NOBLEZA DE CORAZON.
HAY QUE PONER ORDEN EN EL CUERPO,
A VECES DEMASIADO ACOSTUMBRADO A LA AGITACION O A LA PEREZA.
PARA PONER EN ORDEN, PARA RENOVARNOS Y ALZAR VUELO,
HAY QUE CONOCERNOS, SABER QUIENES SOMOS,
CUALES SON NUESTRA POTENCIALIDADES Y A DONDE QUEREMOS LLEGAR.
SIGAMOS LA RUTA DE LAS AGUILAS,
SIEMPRE HACIA ARRIBA,
SIEMPRE HACIA ADELANTE.

martes, 16 de junio de 2009

APRENDE...

Historia de un lápiz...

El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.

Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.



(Paulo Coelho)

Frases para reflexionar...

Sólo se tiran piedras contra el árbol que da frutos.
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
El que teme sufrir, sufre de temor.
No hay medio para el miedo.
Excava el pozo antes que tengas sed.
La paciencia es un árbol de raiz amarga pero de frutos muy dulces.
Con una mentira suele irse muy lejos pero sin esperanzas de volver.
Jamás se desvia uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.
La crueldad es la fuerza de los cobardes.
No hay árbol que el viento no haya sacudido.
Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borra.
La vida es dura , pero yo lo soy más.
Las oportunidades no se pierden nunca, las que tu dejas marchar, las aprovecha otro.
Cuando siembras rencor y amargura, la felicidad se va a otra parte.
Necesitaría siempre usar palabras buenas porque mañana se tienen que tragar.
Una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
No puedo elegir como me siento, pero siempre puedo hacer algo.
Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes.
Nunca debemos llegar al grado de que la tolerancia se convierta en sumisión.
El mundo pertenece a los que se atreven.
El mayor riesgo en la vida es no hacer nada.
No te preocupes por el futuro y las respuestas se manifestarán.

miércoles, 10 de junio de 2009

lunes, 8 de junio de 2009

Lo pasado, pasado... (Mi fogata en estas palabras)


EL PASADO ESTÁ MÁS LEJOS DE LO QUE PARECE.

El pasado. ¿Quién puede quitárselo de encima? Que yo sepa, solo en las películas uno puede borrarlo de su mente si así lo desea. Ojalá así funcionara la realidad. Todo sería mucho más fácil. Nos podríamos cruzar todos los días con ese ex que nos hizo la vida a cuadritos y nos pasaríamos de largo sin inmutarnos, no necesitaríamos tiempo, ni terapia, ni amigos en esta dolorosa etapa en la que volvemos a estar solos, después que esa relación no funcionó. Pero, ¡mierda!. No se puede. Y algunos, por masoquistas, tercos o porque aún guardamos esa ilusa esperanza de que él o ella volverá, nos negamos a dejar de mirar por el espejo retrovisor de nuestras vidas.

¿Y saben cuál es la peor parte? Que la culpa la tenemos nosotros mismos. Recién me di cuenta de esto hoy, después de un sueño extraño y una lista de reproducción de temas que hacía mucho no escuchaba.

Estaba en mi casa con ganas de escuchar musica cuando decidi poner una lista de reproduccion de lentos que tenia guardada hacia bastante tiempo. Gran error. No reparé en mi gran memoria musical. La olvidé por completo.

Así, una sucesión de imágenes escondidas, de momentos olvidados (o no tanto) y personas que hace tiempo se debieron haber ido de mi vida, reaparecieron como si le pusiera 'play' a una película vieja. Las llaves que mantenían esa caja cerrada abrieron todas sus cerraduras, una por una, con cada maldita canción.

Recordé muchos momentos juntos. Sí, esa era yo. Y estaba feliz a pesar de que sabía que me estaba engañando.

Justo en ese momento, me di cuenta que todo el tiempo que pasé en compañía de mi mente, sentada donde estaba, estuve sola. Estoy sola. Sigo sola. Todo lo que había guardado en ese reproductor de música era la banda sonora de varios pasados.

Es lo malo de jugar con fantasmas. Nunca se sabe en qué momento se aparecen y menos, cuándo se van. Lo bueno es que a esos, a los que yo había llamado con una lista de tontas canciones, ya me decidí a olvidarlos. Ya no los necesito. No los volvería a tener a mi lado, ni compartiría con ellos un viaje, un bar, mi cama, mi cuerpo. Me olvidé de mencionar a mi corazón, aunque no creo que le importe mucho. Porque ya no vive quizás allí, donde suena esa música en la que se cuelan risas, gemidos, susurros, promesas, miradas, peleas, besos. Amor.

Mi corazón está conmigo. Tiempo presente. El pasado está por allá, lejos, haciendo su vida seguro. Imposible olvidarlo del todo, claro, en algún rincón hay que meterlo; pero sé ahora que también es imposible convivir con él. ¿No es suficiente carga lo que vivimos a diario para acumular mochilas pasadas y pesadas sobre nuestros hombros?

Y ya basta de culparlos a ellos, a los que nos dejaron, a los que nosotros dejamos. Ellos ya no están, no tienen nada que ver con que nos guste anclarnos o no podamos despegarnos de ese tiempo extra dentro de lo que ya pasó y no volverá.

Para películas mil veces vistas está Titanic, para figuritas repetidas está la infancia, para películas que sí queremos volver a ver está el DVD. Ya sé lo que nos gusta renegar, lamentarnos y torturarnos con el “ojalá nunca lo hubiera conocido”, “ojalá se pudiera retroceder el tiempo” , o “¿por qué me gusta gusta con todas las que hace?". Bueno, porque la vida no está hecha de patrones, no es una línea recta, porque eso de la mala suerte en el amor se lo inventó alguien que jugaba bien a las cartas. En el amor no hay reglas, instrucciones ni estrategias. Estamos llenos de malas experiencias, eso sí, de ilusiones a destiempo, de encuentros fatídicos, de absurdas coincidencias, de errores feroces, de personas equivocadas. No podemos pretender vivir el cuento de hadas porque no es real. La vida no es ni será perfecta, el amor tampoco. Y quizás, por mucho que lo quiera creer, no duren para siempre.
Sin embargo, la aceptación, con lo que cuesta, es solo el primer paso, pero muy necesario para poder pasar al siguiente: Se terminó. ¿Duele? Claro, es un baldazo de agua fría ahora que las calles se llenan de neblina. Pero le cambio a cualquiera ese dolor por una negación que dure mil años. Ya se terminó hace rato. Game over. Pasemos a otro tema. Fue bueno mientras duró. The end.

Y ahora ¿qué?, se preguntarán ustedes como yo me lo he preguntado muchas veces. Pues no queda otra que tirarnos de cabeza de nuevo a nuestras vidas. ¿Acaso están tan vacías que nos vamos a meter un clavado mortal? No lo creo. Hay mucho por hacer. Así sintamos la inseguridad de un equilibrista inexperto, ese vértigo vale la pena. Nuestra pileta está llena de otras cosas, que pueden no ser amor, pero que están ahí, esperándonos. Estar solo requiere un poco de valentía, así sintamos que nos vamos en picada de vez en cuando, porque es una lástima pero hasta ahora no están a la venta en los supermercados las recetas mágicas para ser feliz, pócimas milagrosas para tener lo que siempre soñamos o las bolas de cristal que predicen el futuro que queremos.

Solo hay tiempo. Nuestro tiempo. Tenemos dos opciones, mejor dicho tres. Uno. Nos sentamos a esperar que pase algo. ¿Qué cosa? no lo sé. Cuando me he sentado a esperar, solo ha pasado el camión de basura de las tres de la mañana. Dos. Nos levantamos de una, retomamos el camino donde lo dejamos y comenzamos a alejarnos de la parte del pasado que nos hace daño. Tres. Tomamos el camino corto, el que le saca la vuelta a la soledad, y buscamos un clavo que saque al que tenemos clavado. La cena está servida, escoja usted su plato de fondo, yo por mi parte estoy tratando de seguir la segunda opción.

Nadie es un cuadernito en blanco, somos seres humanos. Sin embargo, podemos cerrar ese viejo álbum de fotos de una buena vez y comprar uno nuevo, o tirarle la puerta en la cara al pasado y gritarle que no la vas a volver a abrir, por lo menos en un buen tiempo. Lo que yo hice fue borrar las canciones de esa melancólica lista de lentos para las tardes de domingos lluviosos. Eso, y todas las demás cosas que tuve que borrar para poder hoy publicar este texto en el que puedo recordar, escribir sobre el pasado, sin rabia, sin pena, y sencillamente seguir.
La poeta y psicóloga norteamericana Clarissa Pinkola dice en su muy famoso libro Mujeres que corren con los lobos que cada una de nosotras (en este caso lo podemos poner en términos unisex) tenemos huesos que quemar. Estos huesos simbolizan lo vivido, mejor dicho, lo mal vivido. La fogata, nuestra libertad.

Al fin encontré hoy la solución a un tema que debería haber solucionado hace tiempo y lo hallé en el lugar menos pensado: un sueño, y una lista de canciones.
Así de fácil fue como trato de regresar al mundo de las nuevas ilusiones, al presente. He sido buena chica y ya hice mi tarea, por más difícil que estuviera y por más tiempo que me halla llevado. Ya estoy bien. Ya soy yo otra vez y si en algún momento me pregunté si ya estaba lista para salir o no, ahora estoy segura de que no solo estoy lista para seguir adelante con mi vida sin rencores conmigo ni con los demás, sino que también QUIERO hacerlo.

¿A quién no le gustan los nuevos comienzos?
¿Alguien más se anima a hacer su fogata?